Hay cuerpos en el espacio que aún no transitan, aún no articulan pero ya están en movimiento. PORQUE VIBRAN, PORQUE ESTÁN VIVOS, PORQUE RESPIRAN, PORQUE SON.
Hay cuerpos entregados, dispuestos pero claramente agotados. Otros cuerpos entran en calidad de aburridos, de cotidianos.
Siempre hay poder detrás de la posición de crítico, de observador que relata.
No formar parte del panorama te vuelve invisible, no criticable.
Para un actor es primordial observar, observarse y ser objeto de observación. Saberse parte de algo y diferente a todos.
Los cuerpos se vuelven extraños a pesar del historial en proximidad y de la convivencia.
Y creo que es en esta extrañeza donde se encuentra esa sensibilidad otra. Una es producto y causante de la otra.
El observar desde el lugar de quien encuentra al detalle como herramienta de conocimiento.
Cuerpos que dibujan en el espacio(coreografían) con un ritmo en común. Algunos parecen querer escapar en movimientos más largos que parten de la misma acción, más extendidos, pero vuelven, se mantienen buscando no perder la colectividad.
De pronto, alguien se detiene. Decide que este trabajo no le interesa o no aporta en nada a su proceso.
¿Qué pasa con la identidad dentro del colectivo? ¿Qué pasa con mi identidad fuera de él?
¿Qué pasa con la identidad del otro y la mía puestas en juego? ¿Hasta qué punto me beneficia o necesito del colectivo?
¿Qué me separa del colectivo?
¿Qué me separa del grupo?
¿Qué me separa de la sociedad?
¿Qué me separa de otros seres humanos?
¿Qué me separa de otras especies?
Empezar por abrir los horizontes más amplios de las diferencias que me hacen único puede conducirme a detalles que subrayarán a un ser entre el resto.
Breve Descripción de mi Observación sobre el quehacer del observador.
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